IA en la educación: ¿Avance o desafío? Entrevistamos a Narciso Michavila
La inteligencia artificial se ha convertido en un catalizador de cambios que está revolucionando diversos sectores, y la educación superior no es la excepción. En Planeta Formación y Universidades hemos explorado este fenómeno mediante la reciente publicación de un barómetro que analiza su impacto en el ámbito educativo. Este estudio, realizado entre 3.200 estudiantes de 18 a 35 años de Colombia, España, Francia e Italia, expone cómo los jóvenes están incorporando estas tecnologías para su desarrollo académico.
Los hallazgos son reveladores: el 60% de los estudiantes utilizan la inteligencia artificial a nivel usuario, y la de tipo generativa es la más popular, con un destacado 84% de adopción en Colombia. Sin embargo, cuando se trata de conocimientos avanzados, cómo saber dónde y cómo aplicar las diferentes herramientas, solo cerca de la mitad de los encuestados en cada país tiene este nivel de comprensión.
Estos datos evidencian una correlación clara entre la importancia atribuida a la inteligencia artificial y el deseo de profundizar en su conocimiento. No obstante, también surgen desafíos, como el impacto en ciertos perfiles profesionales y las preocupaciones éticas y de privacidad de datos.
Para profundizar en estos temas, entrevistamos a Narciso Michavila, presidente y fundador de GAD3, consultora de investigación social y comunicación, y director de este proyecto. En la siguiente conversación, comparte sus insights sobre el uso de la IA entre los jóvenes, su impacto en el ámbito laboral y los retos éticos que plantea. También analiza cómo las instituciones educativas pueden adaptarse para formar a los profesionales del futuro.
¿Se imaginaban que el número de estudiantes que hacen uso de la Inteligencia Artificial sería tan elevado? ¿Los resultados del estudio han sido una sorpresa o le han llamado la atención?
Sí, si bien era previsible que las generaciones jóvenes estuvieran familiarizándose con la inteligencia artificial, los datos del estudio han sido bastante sorprendentes en cuanto a la magnitud. Que en torno al 60% de los estudiantes utilicen herramientas de IA, y que un porcentaje tan alto, especialmente en Colombia, haga uso de IA generativa, muestra que la tecnología se está asentando rápidamente en la cotidianidad de los estudiantes. Esto nos dice que el interés y la capacidad de adaptación de los jóvenes son enormes, y especialmente notable es la inclinación de los estudiantes colombianos no solo a utilizar, sino también a desarrollar y aplicar herramientas de IA. Este dato marca una tendencia clara de que la IA ya no es solo un área técnica; está comenzando a impregnar las prácticas educativas de diversas disciplinas.
En una reciente entrevista en La Razón, ha dejado claro que no nos domine. ¿Cuál es el riesgo?
El riesgo de que la IA “nos domine” radica en el desconocimiento. Si no entendemos las capacidades y limitaciones de la IA, estamos en una posición vulnerable, donde podríamos perder autonomía en la toma de decisiones o ser dependientes de sistemas sin cuestionar sus procesos y resultados. Sin un conocimiento claro, los usuarios pueden aceptar sin más lo que los algoritmos sugieren, o bien, en ámbitos como el laboral, el riesgo es que aquellos con más conocimientos en IA sean quienes controlen los puestos clave, mientras los demás quedan rezagados. Por tanto, comprender la IA es esencial para tomar decisiones informadas y mantener el control sobre su uso ético y humano.
¿Cómo podemos utilizar la IA para nuestro propio beneficio en el trabajo?
La IA puede ser una herramienta transformadora en el ámbito laboral al automatizar tareas repetitivas y permitir a los profesionales dedicar más tiempo a aspectos estratégicos o creativos. La clave está en integrar la IA para mejorar la productividad y la toma de decisiones, personalizar servicios y optimizar la comunicación interna y externa. Es útil para predecir tendencias y adaptarse rápidamente a cambios, lo que, en sectores como el marketing, la salud y la educación, puede traducirse en mejoras sustanciales de rendimiento y precisión. Además, los datos del estudio indican que muchos trabajadores esperan que la IA los libere de tareas mecánicas y rutinarias, permitiéndoles enfocarse en aportaciones de valor.
¿Cuál es el balance que la sociedad debe hacer con el uso de herramientas de IA y la ética para no quedarnos atrás?
Es fundamental que, como sociedad, abordemos el uso de la IA desde un enfoque ético que respete la privacidad y promueva la transparencia. Esto implica desarrollar normativas que aseguren un uso justo y seguro de la IA, pero también es responsabilidad de los usuarios y las empresas aplicar principios éticos en cada interacción con estas tecnologías. No se trata de frenar el avance, sino de asegurarnos de que el progreso tecnológico esté alineado con nuestros valores y derechos. Solo así podremos aprovechar el potencial de la IA sin crear desigualdades ni poner en riesgo la confianza en la tecnología.
¿Cómo está trabajando el sector de la Inteligencia Artificial para enfocar esta herramienta a la formación de educación superior?
El sector de la IA está intensificando sus esfuerzos para crear herramientas educativas especializadas, que permiten personalizar el aprendizaje en función de las necesidades de cada estudiante y dinamizar el contenido de manera más efectiva. Las herramientas de IA están impulsando plataformas de aprendizaje adaptativo, asistentes virtuales y entornos simulados donde los estudiantes pueden interactuar y experimentar, elementos que facilitan la educación en áreas complejas y prácticas. Ya hay programas universitarios donde se están implementando prácticas con IA. Además, la colaboración entre empresas tecnológicas e instituciones académicas permite integrar la IA en los planes de estudio, asegurando que los alumnos salgan preparados para un mercado laboral cada vez más digital y sabiendo hacer un uso correcto de ella.
¿Cómo pueden las instituciones educativas llevar a cabo esta transformación de la manera más transversal posible?
Para realizar una integración transversal, las instituciones educativas deben abordar la IA no solo como una asignatura, sino como una competencia esencial para todos los estudiantes, independientemente de la carrera. Esto implica formación a profesores, actualización constante del contenido académico y fomentar una cultura de innovación. Una estrategia eficaz es establecer proyectos multidisciplinarios donde los estudiantes de diferentes áreas puedan aplicar la IA en sus campos específicos. Las facultades de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades, por ejemplo, pueden usar la IA para analizar datos culturales o en la preservación de patrimonio, y así entender su aplicabilidad más allá de lo técnico. En resumen, el cambio será efectivo si toda la comunidad académica se involucra, promoviendo una comprensión amplia y aplicada de la IA.
Formando a los profesionales del futuro
La conversación con Narciso Michavila ha ofrecido una visión clara de cómo la inteligencia artificial está transformando la educación y el mercado laboral. No cabe duda que debemos adaptarnos y prepararnos para estos cambios, integrando estas tecnologías de forma ética y eficaz.
La red de instituciones que conforma Planeta Formación y Universidades está firmemente comprometida con este propósito. Creemos en una educación que no solo innova tecnológicamente, sino que también fomenta valores humanos, el pensamiento crítico y la responsabilidad social. Así, formamos a los profesionales que liderarán este nuevo escenario.
¡No os quedéis atrás! Os invitamos a profundizar en este tema y descubrir más sobre los hallazgos de nuestro estudio. Acceded al Barómetro: Inteligencia Artificial y Empleabilidad del Futuro y acompañadnos en este apasionante desafío hacia el futuro.